El encargado europeo de Agricultura conoce de primera mano el destino de los fondos para el desarrollo rural
El comisario Hogan, un hombre totémico, que parece tallado en piedra, se introdujo en la sede del Ceip, en la calle Cierzo de Tricio, como si se metiera en la casita de Hansel y Gretel. Había gente en la placita vecina, junto al Café de Abajo, jugando a ver en qué coche llegaban los invitados…