En estos tiempos de incertidumbre, son muchos los interrogantes que se abren de cara al futuro del turismo. Estamos acostumbrados a hacer previsiones en función del año anterior, del mes anterior, de los ingresos, la ocupación… Pero aquí nos encontramos con un escenario muy diferente, en el que cualquier previsión de lo que va a ocurrir es pura especulación.
En este caso me voy a centrar en el futuro del turismo rural y, como tantos otros, voy a dar mi diagnóstico en base a mis conocimientos y mi experiencia trabajando durante años con muchos propietarios de hoteles rurales que hoy mantienen sus negocios cerrados a la espera de buenas noticias.
Cuando empezó la pandemia, generó mucha crispación el hecho de que la gente de las grandes ciudades saliera en masa hacia los pueblos con vistas al confinamiento que se aproximaba. Aunque la decisión no fuera la más acertada, entendieron que allí iban a tener menos peligro de contraer el virus y que la cuarentena iba a ser menos estresante en sus casas del pueblo rodeados de naturaleza, que en sus pequeños pisos de la ciudad. En eso seguramente sí que estaban en lo cierto.
Este hecho, nos da una pincelada de por qué tiene lógica que el turismo rural vaya a ser una vía de escape para muchas personas una vez se reestablezca la movilidad y los alojamientos puedan reabrir sus puertas. Y también nos da motivos para pensar que, con una buena estrategia, el turismo rural va a ser de los primeros en salir de esta crisis y puede incluso aprovecharse de esta situación excepcional.
5 motivos para la esperanza en el turismo rural
1.
Los alojamientos rurales se van a encontrar con una gran ventaja competitiva. Pueden ofrecer un lugar aislado, la mayoría de las veces en plena naturaleza y libre de aglomeraciones. Hay que recordar que la gran mayoría de alojamientos rurales son, o de uso exclusivo, como las casas rurales, o pequeños hoteles que raramente superan las 15 o 20 habitaciones.
2.
La percepción del turismo rural, muchas veces menospreciado, va a cambiar. A día de hoy, da de comer a muchas familias y lucha como nadie contra la despoblación en muchas zonas de la España vaciada, algo que mucha gente va a empezar a reconocer y valorar.
3.
El tema del precio, no sabemos todavía muy bien cómo va a afectar. Lo que sí sabemos es que los alojamientos rurales pueden ofrecer algo que muchos otros hoteles con instalaciones de altísimo nivel no van a poder hacer: la exclusividad de estar rodeados de muy pocas personas. Y eso puede ayudar a no tener que hacer una bajada tan drástica en los precios.
4.
Las actividades que más se van a demandar después de este confinamiento tiene sentido que estén relacionadas con la naturaleza: senderismo, playas o deportes de aventura, entre otras. En definitiva, las actividades que se realizan cuando se hace turismo rural.
5.
El cierre de fronteras y el miedo a viajar al extranjero van a estar muy presentes. Por tanto, mucha gente que no se planteaba hacer turismo rural o viajar dentro de su país, lo va a contemplar, al menos este año. Y esto además puede ser una oportunidad, no solo para salvar esta temporada, sino para fidelizar a un nuevo tipo cliente de cara al futuro.
Por supuesto, el turismo rural también se enfrenta a desafíos y tendrá que dar su mejor versión para convertir esta gran amenaza en una oportunidad.
5 desafíos y oportunidades para el turismo rural
1.
Uno de los principales desafíos puede ser la convivencia entre los habitantes de los pueblos y los turistas. Es de esperar que pueda haber desconfianza entre los habitantes de los pequeños municipios a que empiece a ir gente de fuera y puedan llevar el virus. Los alojamientos rurales deben tomar las medidas de seguridad necesarias, ser los mediadores e informar, tanto a los clientes como a sus propios vecinos, de las acciones que se van a tomar para que haya una buena convivencia.
2.
De nada sirve lamentarse, así que es mejor aprovechar este momento para coger impulso y mejorar aspectos como la formación (que hay mucha y muy buena gratuita en estos tiempos) o pensar en implementar cosas nuevas que puede ayudar a mejorar la operativa y la imagen del negocio. A día de hoy, herramientas como motores de reservas, channel managers o el diseño de una página web, son accesibles y los puede rentabilizar cualquier establecimiento, por muy pequeño que sea.
3.
Los hoteles rurales de por sí suelen tener una altísima reputación online. Es muy habitual ver comentarios y opiniones de clientes en las redes sociales y portales de opinión hablando maravillas de estos alojamientos, de la calidad humana de las personas que los regentan, de los muchísimos años que llevan yendo, de la cocina o de la paz que allí respira. Esto es un trabajo que está ya hecho. Por eso, ahora más que nunca, es importante darle visibilidad a ese trabajo de años.
4.
Es demasiado habitual ver hoteles rurales con mucho encanto donde se han invertido cientos de miles de euros en instalaciones, con un marketing y una imagen que deja mucho que desear. Mejorar la comunicación online es básico. Muchas veces no se dedican los recursos que se debería porque los propietarios consideran que su pequeño negocio no puede invertir en marketing. Y no pueden estar más equivocados. Lo que están haciendo es dar una imagen de ser mucho peor de lo que son, lo cual les obliga, entre otras cosas, a vender por debajo del precio que podrían llegar a vender. La teoría de “prefiero sorprenderles cuando vengan” tiene poco sentido, porque lo que va a ocurrir en la mayoría de los casos es que no van a llegar ni a ir.
5.
Puede ser una fantástica oportunidad para fidelizar a nuevos clientes y hacerlo a través de la venta directa. En este punto, me gustaría destacar que la fidelización no es solo el dar un buen trato al cliente y tener unas buenas instalaciones. Empieza desde que el cliente visita la web del hotel y termina con la post estancia, preguntándole qué tal ha ido u ofreciéndole algún tipo de ventaja para su próxima estancia. Por eso, es muy importante una buena experiencia web, con un motor de reservas de calidad y una web visual, responsive e intuitiva. Y esencial, imágenes variadas y de calidad (habitaciones, baños, interiores, exteriores…). Todo esto hará también que se reduzca la venta a través de las OTA’s, con lo que esto supone en rentabilidad.
Por tanto, propietarios rurales, no caigan en el pesimismo y en el error de apretarse el cinturón más de la cuenta. Hay que preocuparse menos y ocuparse más, porque esa será la manera, no solo de no quedarse por el camino, sino de salir reforzados de esta crisis mundial.
Daniel Polo se encarga de la Comercialización turística en la empresa de marketing y turismo online Socialtur.
Experto en comercialización turística y atención al cliente. Amplia experiencia profesional en hoteles y agencias de viajes online. Diplomado en Turismo por la Universidad de León y Granada, Máster en Promoción y Publicidad Turística y Máster en Marketing Digital y Posicionamiento en Buscadores.
Fuente: https://www.expreso.info/