Las Tierras Altas de Escocia llevan desde 1965 luchando contra la despoblación usando ideas locales con financiación externa. En 2011 se alcanzó un récord de población, pero el problema continúa aumentando en las zonas rurales
Algunos políticos españoles llevan años poniendo a Escocia como ejemplo por su plan de lucha contra la despoblación de las zonas rurales. El presidente valenciano Ximo Puig afirmaba el 21 de julio en los desayunos informativos de Europa Press que “sería interesante que nos fijáramos en el modelo escocés que ha logrado darle la vuelta al invierno demográfico de sus Tierras Altas”. En 2019, Pedro Sánchez puso a Escocia como un modelo a seguir.
El 42% de municipios de España está en peligro de despoblación, y, aunque los municipios de menos de 5.000 habitantes representan un 84%, solo acumulan el 19% de la población. La despoblación se ha incluido como reto en la Agenda 2030 y en la Agenda España Digital 2025. En pacto de gobierno, se prometió alta velocidad de Internet en toda España . Por tanto, tener un referente europeo que hubiese conseguido revertir el proceso interesa a varios gobiernos autonómicos en España. Aragón o Castilla-La Mancha, por ejemplo, ya han coordinado y participado en estudios sobre la aplicación del modelo escocés en España.
Sin embargo, ni las causas de la despoblación en el norte de Escocia son comparables con las de España, ni las medidas que se tomaron han tenido un éxito tan rotundo como se ha indicado. “Hay un gran debate acerca de hasta qué punto hemos tenido éxito. No es todo blanco y negro”, explica a Newtral.es David Worthington, director del Centro de Historia de la Universidad de las Tierras Altas y las Islas, en Escocia y experto en demografía.
La despoblación en las Tierras Altas de Escocia
Las Tierras Altas de Escocia se encuentran en el norte del país y llevan décadas sufriendo despoblación. Sus habitantes, llamados highlanders (por el nombre en inglés de la región, Highlands) son conocidos en Reino Unido, y dentro de Escocia, por mantener una conexión más estrecha con la tradiciones escocesas, y por conservar el idioma escocés gaélico vivo en la región, aunque sigue siendo una lengua amenazada.
Pero en el resto del Reino Unido también se lleva siglos diciendo a los highlanders que su modo de vida y cultura son “de segunda categoría”, como recoge un estudio de la Universidad Simon Fraser. Durante del siglo XX, se acuñó el término el “problema de las Tierras Altas” para referirse a los problemas económicos y demográficos de la zona.
Desde 1700 se habían producido migraciones abundantes fuera de la región. Algo parecido ocurrió en las islas del norte de Escocia. En 1965 se empezaron a tomar las primera medidas para atraer industria, y mejorar las infraestructuras. Ya en 1980 se plantearon progresivamente mejoras en las infraestructuras con fondos de la Unión Europea. Con estas inversiones la situación fue mejorando y en 2011 se alcanzó un récord de 466.112 habitantes, frente a los 309.000 registrados en 1951. Aun con todo, los problemas demográficos de las Tierras Altas no se han solucionado.
Soluciones locales con financiación externa
Una de las medidas del plan de Escocia contra la despoblación que más ha llamado la atención de gobiernos autonómicos en España fue la creación de una agencia pública llamada HIE (por sus siglas en inglés Highlands and Islands Enterprise) en 1965. Se trata de una agencia pública, pero independiente del gobierno, y con la autoridad para llevar a cabo planes a corto, mediano y largo plazo. Actúa como “herramienta para las limitaciones específicas” de un territorio “donde las fórmulas de crecimiento económico convencionales no han tenido buenos resultados” (pág 12).
“Algunos de los proyectos, como el de una central nuclear, han sido muy controvertidos y la gente no termina de decidir si ha sido bueno o malo”, explica Worthington. ”Pero consiguió atraer emprendedores e industria a la zona. Eso sorprendió a muchos. Choca con la visión de naturaleza salvaje que tienen en su cabeza, y puede que este desarrollo no guste a los turistas, pero la gente que vive aquí quiere esa industria”.
La HIE coordina varios proyectos simultáneos que van desde becas para posgrados hasta ayudas a la agricultura. A pesar de estos esfuerzos, un informe del Comité de Asuntos Escoceses de la Cámara de los Comunes recogía que aunque la población de Escocia está creciendo, lo hace a un ritmo más lento que la media del país. “Este crecimiento se concentra sobre todo en la parte sur de Escocia y en las ciudades, no en las Tierras Altas”, dice Worthington.
Uno de los mayores éxitos de la región se materializó en 2011 con la creación de la Universidad de las Tierras Altas y las Islas. Las universidades en Escocia, según señalaba un informe de la Universidad de Strathclyde, juegan un papel importante en atraer y retener una población joven y diversa. Aunque el campus principal está en la ciudad de Inverness, consta de 13 campus repartidos por toda la región, incluyendo varias de las islas. David Worthington cuenta que, en su generación, los que querían ir a la universidad “nos teníamos que ir a Edimburgo, o Glasgow, pero ahora existe la opción de estudiar aquí mismo”.
La inmigración en las Tierras Altas parada por el Brexit
En 2009, en un evento de celebración del Día de Europa en la Universidad UHI, se dijo que “la Unión Europea era lo mejor que le había pasado a las Tierras Altas”. Desde los años 80, la Unión Europea ha invertido en infraestructuras como puentes, carreteras, aeropuertos o puertos. “Esto ha mejorado mucho el transporte y la comunicación con otros países, no hace falta ir a Edimburgo a coger un avión a Oslo, se puede puede tomar desde Inverness, la capital de las Tierras Altas”, dice Worthington.
Pero dentro del plan de Escocia contra la despoblación no se trata solo de la financiación, sino “el impacto que los inmigrantes de la UE tienen en las Tierras Altas”, explica. “Cuando una sola familia, por ejemplo, polaca, se muda a una comunidad de 200 habitantes, marca la diferencia. Se necesita esta inmigración joven, familias que hagan los colegios de la zona y los comercios viables”.
El Gobierno británico ha establecido un sistema de inmigración por puntos que te explicamos aquí. Este sistema favorece la inmigración de mano de obra cualificada, pero un estudio independiente encargado por el Gobierno de Escocia determinó que este sistema no sería beneficioso para Escocia.
El informe señala que la lista de profesiones demandadas que había establecido Reino Unido no se corresponde con la oferta y la demanda en las Tierras Altas, y que la única “manera realista” de contrarrestar la despoblación es la inmigración. Se hace notar también que el salario mínimo establecido en las diferentes ocupaciones para emigrar a Reino Unido es superior al 63% de los salarios en Escocia y a la mayoría de los de las zonas rurales, por lo que no sería factible atraer inmigrantes.
Este informe, junto con otro del Grupo de Asesores Experto en Población y Migración, propone la creación de un plan migratorio nuevo para Escocia. Recomiendan implantar políticas migratorias similares al plan migratorio del ártico en Canadá. Este plan establece requisitos adaptados a la región para las personas que quieran estudiar o trabajar en la zona.
Si no se tienen en cuenta las particularidades de la zona, las comunidades más grandes en las Tierras Altas continuarán experimentando un crecimiento de población pero las zonas rurales seguirán sufriendo despoblación. “Tienes Inverness, la capital, que sigue creciendo, pero apenas unas millas a las afueras hay comunidades rurales que continúan despoblandose”, explica Worthington.
Adaptar el plan de Escocia contra la despoblación a España
El reto de luchar contra la despoblación asumido por Escocia en su plan ha atraído a políticos y organismos autonómicos a preguntarse cómo se puede adaptar el sistema escocés a la España vaciada. Sin embargo, no solo las causas de la despoblación son diferentes a las escocesas, sino que “cambian los contextos de tiempo, geografía, comunidad. Es difícil trasladar un modelo de un sitio a otro”, explica a Newtral.es Luis Antonio Sáez, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza y experto en despoblación.
Según Sáez, se puede aprender mucho del plan de Escocia contra la despoblación, pero solo si a la vez se interpreta cómo traerlo a España, ya que incluso entre sí, “la España rural es muy diferente según lugares”.
El éxito de la agencia HIE en Escocia se basa en un sistema que apoya iniciativas locales desde instituciones con más poder como el Gobierno birtánico o la Unión Europea. Aunque antes varios gobiernos autonómicos españoles se han interesado por él, no es nuevo en España.
“El modelo down top (de abajo a arriba) que se lleva en España es equivalente a los programas LEADER”, dice Sáez. El economista explica que esta iniciativa, que lleva ya 30 años implantada en algunas zonas de España, cuenta con una red de colaboración europea de ideas y de proyectos que comparten información entre sí, pero “no está tan apoyada desde arriba”.
Las ‘Highlands’, feudales hasta el siglo XVIII
La población de las Tierras Altas representaba un 30% de la población de Escocia en el siglo XVIII, pero a principios del XX apenas llegaba al 8%. En parte, esto se debe a las rebeliones jacobitas, en la que los highlanders apoyaban a la Casa de Estuardo y se levantaron contra el monarca en el trono de Reino Unido.
Tras las victorias del ejército inglés los líderes de los clanes escoceses que habían apoyado las rebeliones fueron despojados de sus tierras. Estas fueron adjudicadas a personas que habían sido leales al ejército británico. Hasta ese momento el norte de Escocia estaba organizado en clanes. Los jefes de estos clanes eran responsables de la población que vivía en sus tierras, y de cobrarles un impuesto a modo de alquiler.
“Hay una palabra gaélica que describe la relación que tenía la gente de las Tierras Altas con su tradición y herencia cultural: dùthchas. Pero esta relación fue cambiando en estos años, ya que las Tierras Altas no estaban aisladas del resto del mundo”, explica Worthington. “La Ilustración también había llegado, y se empezaba a poner más atención en los beneficios económicos”, dice Worthington.
Los nuevos dueños “no tenían tanta conexión con la zona. Quizá tenían casas de vacaciones, pero estaban más interesados en maximizar los beneficios”. En aquella época esto significaba criar ganado. “Para criar ovejas necesitas mucho terreno, pero poca gente”, explica Worthington. Tuvo lugar un proceso conocido como las clearances escocesas. En español se traduce como ‘autorización’, ya que tenían el permiso oficial del gobierno británico.
“El concepto de clearance es difícil de traducir a otros contextos. Podría ser sinónimo de desplazamiento forzado de la población, pero la palabra en sí tiene un gran peso cultural y de memoria, porque hizo mucho daño a mucha gente”, dice Worthington. En la práctica, provocó grandes olas migratorias fuera de las Tierras Altas durante los siguientes dos siglos.
La idealización de la Tierras Altas en el último siglo
Worthington explica que durante siglos el norte de Escocia tenía un peso cultural, demográfico y económico “mucho mayor del que tiene ahora”. Aunque desde las clearances hasta mediados del XX se pueden trazar los problemas demográficos de las Tierras Altas, otros factores han agravado el problema. “Se marginalizó la región de manera económica, social y cultural”, dice el experto.
Uno de los elementos que se potenció fue el turismo y la visión bucólica de la naturaleza de la zona. “Se empezó a asociar a las Tierras Altas con una noción de naturaleza intacta, de lo salvaje, sin personas. Es una paradoja”, porque esta visión ha atraído turismo, pero “para la gente que vive aquí, es ofensivo que los identifiquen en esos términos, y trae consecuencias reales”.
Por ejemplo, el acceso a internet es una de las promesas del gobierno para la región, y “es muy importante para retener y atraer habitantes, pero los turistas que vienen con la idea de desconectar, preferirían que no llegase”. Aunque desde el gobierno de Escocia se ha invertido en mejorar la conectividad digital, y en torno al 95% del territorio tiene al menos velocidades de 30 Mbps, muchas zonas de las Tierras Altas aún tienen problemas de conexión.
Aún con todo, el profesor Worthington se muestra optimista. “Aunque tenemos grandes retos por delante, la historia de las Tierras Altas es un ejemplo de cómo esta región puede tener éxito”.
Fuentes
- David Worthington, director del Centro de Historia de la Universidad de las Tierras Altas y las Islas
- Luis Antonio Sáez, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza y experto en despoblación.
- La Sociedad Escocesa de Historia
- SSPA: Successfully combating rural depopulation through a new model of rural development: The Highlands and Islands Enterprise experience. | Plan de Escocia contra la despoblación
- Fraser of Allander Institute. University of Strathclyde. Scotland’s population transition: its implications for the Scottish economy
- Expert Advisory Group on Migration and Population. “Designing a Pilot Remote and Rural Migration Scheme for Scotland”
- Resolving the ‘Highland Problem‘: The Highlands and Islands of Scotland and the European Union. Katie Louise McCullough. Simon Fraser University. Local Economy
- Gobierno de Escocia. Políticas de transformación digital
- CIIID.org. Despoblación y desarrollo rural tras 30 años de la iniciativa europea LEADER en España
- Red Asturiana de Desarrollo Rural. Las ayudas LEADER, una de las claves en la lucha contra la despoblación rural.