Los GDR aceleran el paso
Los grupos de desenvolvemento rural tiene el reto de desarrollar estrategias que realmente funcionen a la hora de crear empleo y asentar población
Cuando el turismo rural comenzó a eclosionar en Galicia, allá a principios de los noventa, en el campo comenzaron también a sonar unas siglas, las de los GDR o Grupos de Desenvolvemento Rural, unas entidades cuya función es la de gestionar los fondos europeos del programa Leader. Y no era casualidad. Porque el Leader I, que centró su estrategia para asentar población en las aldeas en el desarrollo de ese tipo de turismo del que Galicia todavía era virgen, estuvo vigente entre 1989 y 1994. Ahora, más de treinta años después, los GDR continúan funcionando, pero han empezado a acelerar el paso para convertirse, como explicó el conselleiro de Medio Rural, José González, este martes «nos nosos ollos no rural». Esa definición la lanzó en el acto de creación de la Mesa de Coordinación de los 24 GDR de Galicia, un grupo de trabajo que se reunirá de forma trimestral para priorizar la coordinación y transversalidade entre esos colectivo que agrupan a representantes de los diferentes sectores presentes en sus respectivos territorios.
Porque su objetivo ha pasado a ser mucho más ambicioso al tratar de identificar aquellas estrategias capaces de hacer frente a los retos de futuro de los entornos rurales en Galicia para que esa pescadilla que es la falta de empleo u oportunidades que frenan el asentamiento de la población en el rural deje de morderse la cola.
Por esa razón, para el subdirector de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural para las relaciones con los GDR, Moisés Blanco, el futuro de estos grupos pasa por crear estrategias de calidad que sean ambiciosas a la hora de dar ese vuelco que precisa el rural: «Queremos poder movilizar a un número más grande de personas relacionadas con los grupos de acción local, sobre todo teniendo en cuenta la nueva realidad social que ha surgido en el entorno rural tras el covid-19». Precisamente para que los GDR elaboren esas estrategias de calidad de las que habla Blanco, Agader dedicará un presupuesto de 900.000 euros para el período 2023-2027. Esa cantidad que se repartirá entre los 24 GDR de Galicia triplica, como explicó hace unas semanas en el Parlamento la directora general de Agader, Inés Santé. Ese empujón financiero al diseño de proyectos va en línea con la idea de aumentar su funcionalidad para consolidarlos como una especie de altavoces que hagan llegar a la Administración lo que realmente se necesita a pie de campo. Porque los proyectos que luego sean beneficiarios de los fondos europeos han de ser un motor que haga funcionar esas estrategias, una pieza que no se atasque ni quede oculta en unos años bajo la maleza.
De hecho, como explican fuentes de algunos de los GDR consultados, antes de seleccionar un proyecto se realiza un análisis económico y financiero de la entidad promotora, además de un estudio de su capacidad técnica. Una vez aprobado tiene cinco años de garantía, pero en el caso de que no sea finalmente factible la entidad que lo ha promovido deberá devolver la inversión, a no ser que no lo haya podido llevar a cabo por una causa de fuerza mayor.
La convocatoria de ayudas Leader para el período 2021-2022 fue publicada el pasado mayo y cuenta con un presupuesto de 13 millones de euros. Para optar a esos fondos correspondientes al período de transición antes de la entrada en vigor de la nueva política agraria común (PAC), la Xunta ha recibido más de 600 proyectos.
Pero qué es lo que se traen entre manos los GDR una vez pase el período de transición y comience la PAC 2023-2027. En la provincia de A Coruña, el de Mariñas Coruñesas-Betanzos continuarán volcándose en la gestión de la reserva de la biosfera, continuando con su actual plan de gestión durante diez años. Eso va en línea con los objetivos de desarrollo sostenible para los años 2020-2030 que pretenden, entre otros objetivos, mejorar la condición del agua, la biodiversidad y garantizar la creación y mejora de los empleos.
Para el GDR Valdeorras, en la provincia de Ourense la prioridad es lograr la digitalización de la economía, garantizando una cobertura móvil 4 y 5 G por todo el territorio. Junto al fomento de una economía circular, que permita el uso de un modelo económico verde que avance hacia la eliminación progresiva del uso de plástico.
La lucha contra la despoblación es otra de sus grandes cruzadas. Qué camino seguir en este sentido. De momento diseñar campañas de incentivación que animen a emprender a los jóvenes en los pueblos con menos habitantes. Solo de ese modo eviatrán el cierre de centros educativos por falta de población.
El GDR Ribeira Sacra-Courel, en la provincia de Lugo ha centrado sus esfuerzos en el potencial de Ribeira Sacra como Patrimonio Mundial de la Unesco, incentivando el turismo y el sector vitivinícola ligado a la denominación de origen. Además, explican desde el GDR, otro de los focos de su trabajo es O caurel, un territorio que desde el 2016 es el primer Geoparque de la UNESCO en Galicia. Es por ello que se potencia el turimos rural y la realización de inversiones por parte de población joven en el campo. Eso no quiere decir que descarten otros proyectos.
Otro GDR de la provincia de Pontevedra, el de Condado-Paradanta, ha puesto los ojos en las estrategias De la Granja a la Mesa y la nueva Lei de Terra Agraria de Galicia como grandes oportunidades de desarrollo para el sector primario. Perofuentes de esta agrupación no solo ven nicho en la producción, también creen que es necesario elaborar una estrategia orientada hacia la comercialización y distribución de las producciones de los ganaderos y agricultores.